Festivales atléticos a principios de siglo
Corrida de la cordera en Albelda
HISTORIA DEL ATLETISMO ARAGONÉS
Publicado en la revista Atletismo Aragonés, Nº 17, Marzo-Abril de 1997
Celedonio García Rodríguez
El triunfo de Chistavín de Berbegal sobre el italiano Aquiles Bargossi, en 1882, favoreció la aparición de destacados andarines-corredores por todo Aragón: Antonio Balaguer, apodado El rey de Andorra; José Giménez, (a) El Sevillano, de Alcalá de Gurrea; Antonio Laínez Valenzuela, (a) Alpargatero, de Cariñena; Telesforo Rabadán, de Cuarte de Huerva; Ángel Alda, de Miedes; Francisco Pablo, conocido por Nonón de Ayerbe, entre otros.
En los primeros años de este siglo las fiestas zaragozanas del Pilar acogieron diversas pruebas atléticas, generalmente integrando programas deportivos organizados por las nacientes Sociedades Deportivas.
En 1901, coincidiendo con fiestas del Pilar, se celebró en la capital aragonesa la Asamblea de la Federación Gimnástica Española y, con este motivo, la sociedad de "Tiro Nacional" y la "Gimnástica" organizaron un amplio programa deportivo con tiro nacional, ciclismo, esgrima, ejercicios gimnásticos y de carácter del país.
En las pruebas de "Gimnasia Militar" se incluían diferentes saltos (de río, de zanjas y de profundidad), marchas, carreras de obstáculos, etc. En el apartado de "Gimnasia Artística o Acrobática" había que acreditar tener dieciséis años para participar y, entre otras pruebas, se disputaron carreras de velocidad, resistencia y obstáculos; saltos de altura, longitud y precisión, libres y con garrochas, y lanzamientos de pesos. Por último, en el "Concurso individual", considerado Campeonato de España, se programaron pruebas de pulsonarismo, elevación de pesos con una o dos manos, luchas con picas (extensión), con cuerdas (tracción), saltos de altura y longitud, carrera de velocidad (100 m.) y lanzamiento de un peso. Los premios eran en metálico, diplomas y objetos de arte.
En las fiestas del Pilar de 1905 se celebró una "carrera de andarines", cuyo recorrido consistía en dar una vuelta completa a la ciudad por la Ronda (unos 4.500 m.). Para participar en esta prueba había que pagar una peseta por los derechos de matrícula, que se devolvían al corredor que tomaba parte en la carrera. Los premios eran de 125, 75 y 50 pesetas. El número de inscripción se colocaba en el brazo derecho.
La carrera supuso un acontecimiento extraordinario; nunerosos espectadores se concentraron en el Campo del Sepulcro para recibir con estruendosos aplausos a los vencedores: el primero en llegar fue Rafael Oliver Bardají, natural de Moneva; seguido de Blas Pérez Navarro, de Mezalocha, y de Juan Obón Burillo, de Muniesa. Los "andarines" iban acompañados por la guardia municipal y ciclistas abriendo paso.
Esta prueba tuvo la consideración oficiosa de Campeonato de Aragón. Rafael Oliver, el vencedor, ya era conocido por el centenar largo de triunfos obtenidos en las numerosas carreras que se disputaban por toda la región aragonesa. Su fama propiciaría interesantes duelos, como el mantenido con José Tirado, de Moyuela, en las fiestas de Letux de 1909.
El corredor de Moyuela había vencido en todas las carreras pedestres de la comarca; con 34 años, estaba cargado de hijos y había participado en la ruda campaña de Cuba. La categoría de ambos corredores fue motivo suficiente para que el espectáculo fuera presenciado por numeroso público. Durante el trayecto de la carrera los rivales fueron juntos, pisándose los talones unas veces, codeándose otras. Cuando la meta estaba próxima, un imprudente espectador hizo tropezar a Oliver, quien con el incidente perdió unos pasos, suficientes para que el de Moyuela llegara primero; sin embargo, las autoridades no dieron vencedor ni vencido, repartiendo los premios entre los dos.
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